un diario posible: enero 2009

domingo, 18 de enero de 2009

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Hace un rato que vuelvo de la playa y, a casi un mes de comenzado el verano voy a revisar la lista de cosas que pensaba hacer:
1. Tomar helados: cumplida. En Monte aproveché para tomar los de Pizza Jet, si no voy creo que no fui a Monte. En Bahía creo que tomé alguno en Victoria, los de Le Pomme hace muchísimo que no los tomo.
2. Ir a la playa: cumplida. Fui a la playa los días de sol, los nublados, los serenos (pocos), los de viento norte, los de viento sur, los de sudestada, etc.
3. Andar descalza: cumplida. Dentro y fuera de casa, sobre baldosas, parquet, pasto, tierra y arena.
4. Leer muchas novelas de Jane Austen y de las hermanas Brontë en una hamaca paraguaya: parcialmente cumplida. Leí dos novelas de Jane Austen: "Orgullo y Prejuicio" y "Persuasión", después me cansé un poco de las heroínas decimonónicas. Además, muy pocas veces leí en hamacas paraguayas, porque hay solamente en lo de mi hermana y queda muy lejos y siempre hay otras cosas que hacer. Ahora estoy leyendo "Las alas de la paloma" de Henry James.
5. Jugar con mi sobrina: cumplida. En Monte jugamos a correr olas, a saltar olas, a darles de comer (arena, por supuesto), a correr por la arena, a tirarnos barro, a que ella era una momia y yo la enterraba, jugamos a ser dinosaurios, al dominó de letras, al hokey con alas de mariposa, etc.
6. Comer cerezas: cumplida. Comí muchas, muchas, muchas
7. Pasar muchas tardes en patios de amigos tomando cerveza y charlando interminablemente: esa me falta, escucho propuestas ;)
8. Ir al campo: esa también me falta.
9. Acostarme muy tarde y levantarme más tarde todavía: ampliamente cumplida.
10. Escribir en este blog: parcialmente cumplida. Vamos a ver si me pongo las pilas!

jueves, 1 de enero de 2009

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Ayer entendí por qué a Renata le gustan los backyardigans, y por qué a mis hermanas y a mí nos gustaba tanto el patio de mi abuela. Después de almorzar salimos al patio a jugar, y lo primero que dijo fue "Estamos en un país lejano". A partir de ahí las flores, el pasto, la higuera, las hormigas y los caracoles empezaron a ser lo que eran y además otra cosa. Sacamos caracoles de las plantas, los pusimos en las baldosas y los mojamos para que se despierten, vimos la higuera reflejada en el charco que se hizo y parecía un espejo, jugamos a las escondidas y todo terminó cuando entramos a tomar el té. Sólo hasta el próximo programa.
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Este año lo empecé mirando los fuegos artificiales en la calle con mi sobrina a upa. Estábamos en una fiesta muy bizarra e italiana como supongo que son muchas de las fiestas de fin de año: muchos hijos, primos y entenados, todos gritando y abrazándose, las mujeres yendo de la cocina al living cargadas con platos, mi hermana enojada porque a último momento el marido le arruinó la bagna cauda agregándole ajo crudo...
Creo que nunca nos habíamos sentido tan identificadas: las dos queríamos huir de esa mezcolanza de gente querida y ajena, salir al aire fresco a mirar estrellas verdaderas e inventadas. Enseguida llegó el primerío a tirar cañitas voladoras y estuvo todo otra vez ruidoso y divertido. Al rato estábamos tomando champagne y helado y chocolate y turrón, y después ella me llevó de la mano a la pieza, y, con el ruido de fondo de la familia estuvimos mirando dibujitos: "El divertido mundo de Pee". Hablábamos con total seriedad de las cosas que pasaban en el programa y me di cuenta de algo obvio: las únicas que no sabían qué estábamos festejando eran Renata y Maitena, y no sólo porque son chiquitas, sino justamente porque para ellas el tiempo es otra cosa. ¿Qué sentido tiene "Feliz Año Nuevo"? Para ellas es "Feliz Minuto Nuevo" y se festeja todo el tiempo, el tiempo es todo presente, el tiempo pasa como tiene que pasar, haciendo cada cosa en el momento justo, sin arrepentimientos, sin propósitos, sin planes. ¿Es mi propósito para el 2009 vivir justo así?